recién cierro la cortina porque entra una luz intensa a la sala y eso que es una luz blanca y gris esa luz que es premonición de lluvia y la lluvia siempre es bienvenida en esta casa esa lluvia que aviva nuestro fuego en las ventanas
en fin hay días que solo quiero la noche como si fuera posible agarrar su hermoso aliento entre las manos hacer una fruta con ese aroma y tragarla sin masticar para que se abra adentro de la panza y de ahí inunde el resto del alma
por eso cerré la cortina
para creer que puedo alimentarme así en este instante de un jueves muy extraño y mientras decido borrar todas las pausas del tiempo todas las pausas que se suponen se deben hacer para vivir para escribir mejor para vivir mejor sí para vivir mejor
mejor vine aquí a dejar algo que hablamos hace días en nuestro desayuno después de la noche que fuimos a ver El hijo esa película que no me gustó que no nos gustó que dejamos en la mesa arrinconada debajo de los recibos por pagar
de esa película que sacamos a un ladito para ver lo que no queremos hacer con nuestro arte con nuestros días con nuestras formas de hablar de comer de ver el mundo
pero hoy como muchos días pienso en la tristeza y tendría que haber empezado por Aftersun por el padre en un fondo negro difuso destellos que golpean cada parpadeo latido
del padre que ríe mirando el mar
del padre que no sabe nada de tiempos verbales
del padre que está en la foto desdibujada
del padre que se desdibuja que se desdibuja para desplegarse y clavarse en el recuerdo en mi recuerdo en nuestra sala de tu mano ese recuerdo compartido del padre que no sabe de tiempos verbales frente al mar ese padre que no sabe como pronunciarse ante el mundo y que se esconde bajo otra posibilidad
ese padre compartido de treinta o ciento treinta
ese padre en el televisor que resiste y es imagen y es mirada hacia el agua inalcanzable como la noche como la oscuridad al cerrar todas las cortinas de esta casa
también podría empezar por un final sin voces ni palabras ni mares podría haber empezado por Vortex por ir a la cocina y olvidar cómo se hace un café por olvidar como se ve el día sin partir la pantalla por olvidar todos los formatos por olvidar cómo se ve una casa sin las voces que la hacen arder
podría hablar de la melancolía de este instante de las fotos
de este instante que se repite que parece liviano pero qué pesa y no sé qué hacer de almuerzo sin nuestras conversaciones sin hablar del blanco y negro del rollo sin revelar del borde del tiempo
de las canciones que no suenan a Bowie que suenan a Ian que no suenan a John que no suenan a Damon diciendo love is a greatest thing
las voces que que no tiene que ver con la edad ni con lavar los baños o barrer
que se enredan que divagan que parecen dedos tecleando palabras tristes palabras que abrazan la tristeza que no se explica que no puede porque no ha vivido lo suficiente porque no ha muerto lo suficiente como para
¿quién no puede?
nadie puede
como la poesía
mi poesía está en esta casa de cortina cerrada de nuestros desayunos con dátiles y aceitunas y maullidos diciendo Lennito Lynchito y los sueños por las paredes
terminé escribiendo de la poesía de la tristeza de lo que no se explica
de los sinónimos
y encontré la foto que te envié una tarde
me dijiste tu papá de la foto es Héctor Lavoe y le diste otra voz a papá
en fin
los sinónimos